El reciente Decreto 268/2024, emitido el miércoles pasado, establece un bono de 70.000 pesos para aquellos jubilados que cobran la pensión mínima, con el objetivo de asegurar que nadie perciba menos de 204.445,30 pesos en abril, manteniendo así el mismo nivel que en marzo. Paralelamente, el Decreto 274/2024, emitido este lunes, reforma el sistema de movilidad previsional para que los haberes se actualicen según la inflación de dos meses atrás a partir de abril.

Sin embargo, esta combinación de medidas resulta en una pérdida significativa del poder adquisitivo para los jubilados. Dado que el bono se estableció antes que la nueva movilidad, aquellos que perciben menos de 160.481,42 pesos (sin incluir el bono) no recibirán ningún aumento en abril, afectando a más de 2,5 millones de jubilados, 1,5 millones de pensionados no contributivos y 0,3 millones de personas que reciben la pensión universal para el adulto mayor.

En mayo, si la inflación se mantiene en un 12 por ciento, tampoco habrá aumentos para aquellos que perciben hasta 143.539.21 pesos. Y en junio, con una inflación prevista del 9 por ciento, el aumento nominal para el haber mínimo sería de menos del 2,3 por ciento, resultando en una pérdida del poder adquisitivo de casi un 18 por ciento en tres meses.

Incluso en un escenario de inflación cero a partir de octubre, la mayoría de los jubilados seguirían perdiendo, con una disminución del haber mínimo del 29 por ciento en diciembre en comparación con diciembre de 2023.

Esta caída del poder adquisitivo se vuelve aún más preocupante dado que, en caso de mantenerse una inflación del 0 por ciento, no se producirían más aumentos de haberes, lo que llevaría a una pérdida permanente del poder adquisitivo de casi un 30 por ciento en un año.

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